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SUSCRIBITESe aproxima el momento de destetar los terneros luego del período de 6 – 8 meses en que han permanecido sobre las pasturas de cría junto a sus madres. Allí, los terneros se iniciaron con una dieta básica láctea durante las primeras semanas de vida y, luego, fueron incorporando forraje paulatinamente hasta convertirse en rumiantes plenos al momento del destete.
Dicha etapa de crianza abarca primavera y verano, estaciones caracterizadas regularmente, por una importante oferta forrajera, lo que asegura la producción de leche en las vacas que, junto con el aumento del consumo de pasto, se traduce en sostenidas ganancias de peso en los terneros.
Durante dicho período, los estudios realizados en la Pampa Húmeda sobre nematodos gastrointestinales, indican que las pasturas presentan niveles de infectividad bajos o moderados.
Ello se explica, por un lado, por la escasa contaminación por huevos que producen las vacas, atribuible a la inmunidad que desarrollan frente a las infecciones parasitarias; y complementariamente, por las condiciones ambientales poco propicias para la salida de larvas desde la materia fecal y para su supervivencia en la pastura.
Dicho cuadro epidemiológico es algo diferente para el NEA, donde los niveles de infectividad de las pasturas son mayores, atribuible a cuestiones climáticas (primaveras más lluviosas) y de susceptibilidad racial.
No obstante, en cualquier región que se trate, la influencia de las lluvias es determinante en el riesgo parasitario al que estarán expuestos los terneros al pie de la madre y hasta el destete.
En este contexto, los terneros acumulan parásitos en el cuajo e intestinos de manera progresiva, pudiendo llegar al destete con importantes cargas.
Su importancia radica más en el daño potencial que generarán de allí en adelante, que en la influencia sobre la ganancia de peso que puedan haber ocurrido hasta ese momento. Es así que, a partir del destete, los animales comienzan el período de mayor susceptibilidad a las infecciones parasitarias que se extiende hasta la siguiente primavera vegetal (15 – 18 meses de edad).
La experiencia del destete genera un profundo cambio en el comportamiento de los animales por la irrupción a un esquema nutricional y de manejo diferente, que produce una situación de estrés adaptativo.
Tal situación impacta seriamente sobre el sistema inmunológico, aumentando la susceptibilidad a las cargas parasitarias que se acumularon durante la cría y a enfermedades concomitantes -principalmente coccidiosis-. Hasta que los animales logren adaptarse, y se recuperen del impacto, podrán perder peso y contaminar intensamente la pastura a la cual han sido transferidos.
Por lo expresado, el destete es un punto de inflexión relevante en la continuidad productiva de los animales, que hace necesario la aplicación de un tratamiento antiparasitario que evite los efectos directos e indirectos de la carga parasitaria adquirida por los terneros durante la cría.
Para el tratamiento de los terneros al destete, si bien es posible utilizar cualquiera de los principios activos disponibles en el mercado, debe tenerse en cuenta que los animales tratados serán trasladados a pasturas para iniciar la etapa de engorde.
Por ello, es necesario conocer la eficacia clínica del producto a utilizar, para prevenir la contaminación de la pastura con huevos de nematodos resistentes.
Una forma práctica de chequear la eficacia clínica de los productos utilizados se puede sintetizar en dos pasos:
1. Mediante la rutina del muestreo de materia fecal a las dos semanas pos-tratamiento: donde los conteos de huevos deben ser menores a los 100 H.p.g. En caso contrario, se debe sospechar de falla en la aplicación del antiparasitario o en resistencia a los antihelmínticos, lo que se esclarecerá en base a:
2. El Test de Reducción del Conteo de Huevos en Materia Mecal, que se realizará con los tres grupos de antihelmínticos de amplio espectro, de manera que si se detecta resistencia a alguno de ellos, se puede continuar el control con los que se muestran eficaces.
Por la época del año, y en virtud de la escasa población parasitaria en refugio, se sugiere la administración a los terneros de productos -orales o inyectables- de rápida metabolización, evitando las formulaciones de alta concentración y persistencia, salvo excepcionalidades que lo justifiquen.
En la región del NEA, donde las lactonas macrocíclicas son utilizadas con alta frecuencia en el control de garrapata, es necesario la administración de grupos químicos diferentes para el tratamiento al destete (levamisoles / benzimidazoles) con la finalidad de prevenir la diseminación de cepas resistentes en los propios establecimientos o en los campos que acopian terneros de invernada.