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“Hay que adecuar el plan de vacunas a la zona y el riesgo real de los animales”

Junto con el equipo técnico del área de Animales de Compañía de Tecnovax analizamos un tema concreto: ¿cómo evitar las fallas en la vacunación de los perros contra el parvovirus?
7 de diciembre de 2019 - 10:00
Enfocados. Fernando Iparraguirre, Leonardo Mauro, Leandro Martínez Melo y Rafael Mercado. Enfocados. Fernando Iparraguirre, Leonardo Mauro, Leandro Martínez Melo y Rafael Mercado.

 

Desde hace ya un tiempo, la división Animales de Compañía de Tecnovax apuesta por la transmisión de conocimientos hacia los médicos veterinarios con el objetivo de impulsar la vacunación para prevenir enfermedades en los perros, fomentando así la mejor calidad de vida de los animales y haciendo un aporte a la Salud Pública, evitando el contagio a las personas. De ese modo, el laboratorio nacional se encuentra trabajando codo a codo con los Círculos profesionales de Buenos Aires, recorriendo veterinarias para capacitar a sus profesionales e iniciando un vínculo formal con Facultades y Hospitales Veterinarios del país.
“Buscamos hacer del conocimiento una ventaja comparativa. Es parte de nuestra propuesta de valor”, le explicó a MOTIVAR el gerente de la unidad de negocios de Tecnovax, Rafael Mercado.
Vale decir que de nuestro encuentro llevado adelante en las oficinas con que Tecnovax cuenta en San Fernando, Buenos Aires, también participaron los médicos veterinarios Leandro Martínez Melo, Fernando Iparraguirre y Leonardo Mauro, siendo este último quien destacó la participación de la empresa en la pasada edición del Congreso de León, en México, a comienzos de septiembre.
Vale decir que Tecnovax comercializa desde hace años su línea Providean Viratec para pequeños animales en aquel país, donde cuenta con la firma LAPISA como aliado estratégico en la comercialización y distribución de sus productos.
“El tema que planteamos fue bien concreto y tuvo que ver con cómo evitar fallas en la vacunación contra parvovirus”, nos explicó el responsable técnico de la línea Providean Viratec en el laboratorio. Y sostuvo: “En este punto, los expertos internacionales coinciden en que el primer paso tiene que ver con actualizar los esquemas de vacunación en los perros, dejando ya atrás algunos viejos criterios o paradigmas; tomando a la vacunación como un acto médico individualizado y no una práctica automática en la cual existe una receta que aplica a todos los animales”.
Más allá de esto, el profesional destacó que el principal problema tiene que ver con el lógico desconocimiento respecto del caudal de transferencia de anticuerpos que recibe cada cachorro desde su madre a través del calostro.
“Esta transferencia se toma como un blanco o negro, pero en realidad está conformado por una gran gama de grises. Dentro de un mismo grupo de animales, podemos encontrar algunos que recibieron muchos anticuerpos, otros que recibieron pocos y otros nada”, explicó Mauro. Y agregó: “Si bien en la medicina de pequeños animales atendemos individuos (y debemos contemplar sus particularidades), es clave avanzar en el concepto de cobertura vacunal poblacional, para reducir las posibilidades de contagio”.

¿Cuál es el riesgo?

Más allá de esto, señaló Leandro Martínez Melo, profesional referente de la firma para la Zona Oeste de la provincia de Buenos Aires, otra variable a considerar para evitar fallas en la vacunación contra parvovirus es el riesgo de infección. “Un plan que no contempla esta variable puede llegar a fracasar”, aseguró el también veterinario.
Y agregó: “Buscamos evitar que se sigan aplicando criterios que tienen que ver con mecanismos automáticos de vacunación, como son la cantidad de dosis”.
Frente a esto, Leonardo Mauro fue contundente: “La forma de diseñar y evaluar el plan debe estar basada en el riesgo de ese cachorro de enfermar. Y como realmente es complejo evitar el contacto con los patógenos, la recomendación es vacunar basados en la evidencia científica, sobre todo frente al abanico de circulación que tenemos en el país”.
Como se dijo, de la entrevista también formó parte el MV Fernando Iparraguirre, quien destacó que aún en una misma zona geográfica puede haber lugares con cargas virales y riesgos de infección distintos.
“Impulsamos que se revisen los planes de vacunación y se adecúen a la zona y al riesgo de los animales”, aseguró Iparraguirre. Y reforzó: “Hay muchas certezas erradas sobre el uso de las vacunas y esto también se ve reflejado entre los tenedores de animales de compañía”.
Frente a esto y en base a su experiencia a campo, Leonardo Mauro destacó que la vacunación es una rama de la veterinaria que contempla aspectos más allá de la inmunología, que los veterinarios utilizan a diario y para la cual la permanente actualización técnica resulta vital.

“Debemos dejar atrás viejos criterios, tomando a la vacunación como un acto médico individualizado y no como una práctica automática en la cual tenemos una receta que aplica a todos los animales”. Leonardo Mauro.

“El acto de vacunar es una prescripción médica específica, no puede haber una sola recomendación para todos los casos, tiene que ser individualizado, contemplando el impacto sobre la población”, aseguró el profesional para luego compartir con MOTIVAR los cuatro escenarios a considerar en lo que pueden darse fallas de vacunación contra el parvovirus.
“Por un lado, tenemos aquellos cachorros que reciben una muy baja transferencia de anticuerpos maternos. En este caso, y si el riesgo de contagio es elevado corresponde no esperar hasta las 6 a 8 semanas para empezar a actuar ya que los animales podrían ser susceptibles al parvovirus desde las tres o cuatro semanas. Luego podemos encontrarnos con perros que se enferman durante el transcurso del plan de vacunación. En este punto es clave evaluar la ventana crítica de susceptibilidad, tratando de reducirla al máximo en ambientes con alta prevalencia del virus, interviniendo sobre los intervalos de vacunación: no siempre deben ser de 21 días”, explicó Mauro.
Y continuó: “Otro gran interrogante muchas veces tiene que ver con cuándo se debe finalizar el plan. En este caso, vale decir que, si la última dosis del plan inicial no se aplica a las 16 semanas, seguramente quedarán algunos animales sin proteger. Y finalmente debemos intervenir también sobre la vacunación en perros adultos, no solo para prevenir la aparición de signos clínicos de parvovirosis, sino fundamentalmente para que estos no se infecten y diseminen el problema”.
“Para abordar estos temas Tecnovax cuenta con vacunas diferenciales para hacer vacunación temprana antes de los 45 días (Viratec DP -Parvo y Moquillo, con alto título viral). Luego tenemos Primotec AT monovalente contra parvo, con altísimo título. En ambos casos podemos abordar la vacunación temprana”, aseguró Martínez Melo. Y completó: “Esto es clave porque la vacuna quíntuple no está recomendada para usar antes de las seis semanas. Lógicamente luego contamos con otras herramientas concretas para abordar la problemática, como son las vacunas tradicionales que protegen a los perros contra las diferentes enfermedades”.

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