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MESES DECISIVOS PARA EL NEGOCIO GANADERO

Diagnóstico, prevención y manejo, una receta que potencia la cría bovina

Compartimos un compilado de informaciones que servirán para ilustrar la importancia del asesoramiento veterinario al momento de impulsar la producción de terneros.
Por Redacción de MOTIVAR 1 de junio de 2019 - 14:21

 

 

Si bien muchos pueden ser los factores externos que impactan sobre la producción ganadera nacional (clima, mercados, etc), existe aun hoy la posibilidad de reasegurar las inversiones que los productores realizan en materia de genética y alimentación de su ganado. ¿Cómo? Invirtiendo en un asesoramiento veterinario integral que ofrezca servicios de diagnóstico (para trabajar sobre datos certeros), prevención (para anticiparse a problemas que ya se sabe terminarán ocurriendo) y prácticas de manejo acordes a la problemática específica de cada establecimiento.
En ese marco, vale aquí compartir algunas informaciones generadas por distintos técnicos del INTA, enfocadas en enfermedades de alto impacto productivo, que pueden y deben prevenirse para que los rodeos puedan desarrollarse acorde a su potencial: la diarrea neonatal de los terneros, las parasitosis gastrointestinales y las pérdidas reproductivas (Ver recuadro).

Parasitosis. Los animales jóvenes pueden llegar a perder hasta 60 kilos.
Diarreas. Afectan el desarrollo y la ganancia de peso de los terneros

¡Otra vez diarreas!

Tal como se destaca en diversos trabajos del INTA y en especial en uno de la EEA Cuenca del Salado, a cargo de Lisandro Butler, la diarrea neonatal de los terneros es una enfermedad estacional, cuya incidencia en el sistema de cría bovina es de un 45%, pudiendo superar el 60%, llegando la mortalidad en algunos casos al 20%. Esto conlleva a un aumento en los gastos por tratamientos veterinarios, un incremento en la mano de obra y tiempo dedicado por la especial atención que se le debe dar a los rodeos afectados.
“Es importante saber que el ternero enfermo padecerá un retraso en el desarrollo corporal, dando así terneros más livianos al destete”, se sostiene en aquel documento aún vigente, donde también se comparten una serie de acciones clave a realizar en materia de prevención y control de esta enfermedad.
1. Tratar de disminuir el contacto con agentes infecciosos, mediante distintas estrategias: a) Llevando las madres a punto de parir a potreros con descanso prolongado, reservados para parición, sin ocupación reciente de bovinos. b) Formando rodeos no muy grandes, para evitar la alta carga animal, disminuyendo la posibilidad de propagación de agentes patógenos.
2. Otorgar un buen nivel nutricional a la vaca por parir y asegurarse un óptimo calostrado dentro de las 24 horas de nacido. Esto le proporcionará al ternero la llamada resistencia no específica.

“La incidencia de las diarreas neonatales en el sistema de cría bovina es de un 45%, pudiendo superar el 60%, llegando la mortalidad en algunos casos al 20%”.

3. Vacunación de hembras gestantes, aplicando 2 dosis, una 60 días preparto y la segunda dosis 15 días preparto. “La vacunación nos dará una defensa contra los principales agentes virales y bacterianos causantes de la enfermedad. No así contra los otros múltiples agentes. Pero ésta, combinada con un adecuado manejo, nos dará una profilaxis más que aceptable”, agregaba.
Asimismo, este trabajo recuerda que las fallas vacunales pueden ocurrir por diversas causas, entre las que se destacan: a) Incorrecta vacunación, ya sea por subdosificación, fuera de tiempo, etc. B) El mal calostrado del ternero; C) Que los agentes que causan enfermedad no estén contenidos en la vacuna; y D) Que el ambiente donde se encuentran los animales tenga una alta carga de agentes infecciosos que supera ampliamente la protección por calostro.

Los kilos que se van, no vuelven

Las parasitosis gastrointestinales producen importantes pérdidas en la producción ganadera. Tal es así, que los terneros que la padecen pueden llegar a perder hasta 60 kilos, tal como sostuvieron profesionales del INTA Balcarce en un trabajo realizado por Gloria Kaspar y Jorge Barreto, en el cual se brindan recomendaciones sobre medidas de manejo.
En ese marco, se destaca cómo la especialista Mercedes Lloberas explica que esta enfermedad es responsable de la mayor cantidad de pérdidas en la producción ganadera.
“Los terneros pueden llegar a perder entre 50 y 60 kilos sino se realiza control de parásitos efectivo”, agrega Lloberas.
Según la profesional, los parásitos gastrointestinales pueden presentar dos tipos de cuadros: uno subclínico donde no se ve ninguna sintomatología de la parasitosis sin embargo el animal puede perder hasta 20 o 30 kilos. Y un cuadro clínico con sintomatología manifiesta de diarrea, ijares hundidos, pelo hirsuto, y en esos casos pueden perder hasta 50 o 60 kilos por animal.
Para evitar estas pérdidas en producción Lloberas recomienda llevar un control parasitológico. “Cuando se realizan los destetes es cuando se debe comenzar este control, ya que cuando los terneros están al pie de la madre pueden levantar pocos parásitos del medio ambiente y al tomar leche el medio alcalino en el abomaso impide que los parásitos se implanten”, agrega. En cambio, cuando son destetados es necesario realizar un tratamiento al destete y luego llevar un control parasitológico mediante HPG, esto significa contar la cantidad de huevos por gramo de materia fecal, cada 21 o 30 días hasta principios de primavera.
“Siempre previo al diseño de una estrategia de control habría que realizar un test de reducción del conteo de huevos para ver cuáles son los fármacos que son efectivos en el establecimiento”, aclara Lloberas. Asimismo, destaca que el tratamiento se puede hacer fijo a todos los animales y a partir de allí comienza el seguimiento y monitoreo mediante el control de huevos por gramo de materia fecal. “Para esto no es necesario un muestreo a todos los animales, simplemente con un 10 o 15% de animales muestreados vamos a tener el dato de si es necesario o no realizar otro tratamiento antiparasitario a lo largo de todo el invierno hasta la primavera, período crítico para esta categoría” concluye la investigadora de INTA Balcarce.

Conocé los datos del SDVE de Balcarce

Desde fines de diciembre del 2018 hasta fines de marzo del 2019 ingresaron al Servicio de Diagnóstico Veterinario Especializado (SDVE) del INTA EEA Balcarce, 104 protocolos que incluyeron muestras enviadas por asesores y laboratorios de diagnóstico privados, así como viajes de diagnóstico (9 en total, recorriendo 5200 km).
Se realizaron 27 necropsias. Los interesados en acceder a los casos de diagnóstico más relevantes registrados por el SDVE durante este periodo, pueden solicitarlos vía e – mail a [email protected].

 

TIENEN ALTÍSIMO IMPACTO EN LA PRODUCTIVIDAD

¿Cuál es la causa de las pérdidas reproductivas?

Las pérdidas reproductivas en los rodeos de cría principalmente son una de las causas de los bajos índices de destete que existe en el rodeo nacional.
Según Germán Cantón, del INTA Balcarce, lo más importante es inicialmente tratar de identificar cuándo ocurren estas pérdidas reproductivas.
En este sentido, el profesional destaca que en primera instancia hay que controlar si las pérdidas se producen porque la vaca no se preña, y eso se verá reflejado en el momento de tacto.
“Aquí hay que determinar si es por una cuestión nutricional, por ejemplo, que la vaca no estaba en condiciones para el servicio, la presencia de enfermedades venéreas en el rodeo, o por otro factor como puede ser el estrés climático” aclara Cantón. Y apunta que en la zona del sudeste bonaerense este último punto puede verse exacerbado por el consumo de festucas tóxicas.
Más allá de esto y puntualmente en lo que son las mermas tacto-parición, principalmente se considera que son enfermedades de origen infecciosas.
“En nuestra experiencia en el Servicio Veterinario de Diagnóstico Especializado del INTA Balcarce determinamos que el 75% de los casos de fetos bovinos abortados que mandan los productores son producto de causas infecciosas” agrega el profesional.

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