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Informe especial - La producción de proteína animal por provincia

Santa Fe: corazón lechero, con la carne primero

En base a cifras estimadas entre 2016 y 2017, la facturación anual de la industria animal ascendió a US$ 2.620 millones. Ese guarismo representa el 5,18% del Producto Bruto Geográfico de la provincia.
1 de abril de 2018 - 00:17

En el imaginario colectivo de los argentinos, la tracción del campo y su generación de riqueza, a partir de la producción de materias primas, representan el grueso de la economía nacional y para muchas provincias la esencia de su existencia.
Este año, MOTIVAR posará el foco de su lupa en el peso relativo que tiene la industria de la proteína animal sobre las economías provinciales, con la intención de aportar datos que nos permiten estimar qué tanto pesan estas producciones sobre el producto bruto de cada territorio.
La provincia de Santa Fe es la encargada de romper el hielo, a partir de un intercambio de información con el Ministerio de Producción, a la cual sumamos el aporte de datos oficiales adicionales provenientes del INDEC, INTA, Senasa, consultoras privadas y profesionales, entre otras fuentes del mercado.

La bota y su impronta
Santa Fe es la segunda provincia a nivel nacional en producción de carne bovina y leche, ocupa el tercer puesto en la categoría porcinos e intenta repetir ese lugar cuando se trata de aves. También, suele estar en el podio de la industria apícola, pero tiene una participación marginal en las actividades que atañen tanto a ovinos como caprinos, con menos del 3% del stock nacional.
Esas posiciones se traducen en una facturación anual estimada en US$ 2.620 millones y representan el 5,18% del Producto Bruto Geográfico (PBG) de la provincia, más de dos veces lo que genera el sector de la Construcción total, pero seis veces menos de lo que se canaliza a través del Comercio (consumo interno).
En el desagregado provincial, la preponderancia de los bovinos -en la suma de carnes y leche- es contundente. Juntas alcanzan los US$ 2.255 millones, 86% de la industria animal local, siempre hablando de producción primaria. La cifra es tres veces lo que facturó Acindar, la mayor acería de la provincia, en 2016.
Santa Fe es dueña históricamente de la mayor cuenca láctea del país, situación que en los últimos años se vio afectada por las inclemencias climáticas. Sin embargo, la facturación de la ganadería de leche representa solo el 43% de lo que genera la ganadería de carne, actividad mucho más extensiva en toda la provincia.
El stock de vientres, según cifras del Senasa, ascendía a 2,55 millones de cabezas para marzo de 2017. Si se piensa en vacas lecheras, para esa misma fecha, la cifra apenas supera el millón.
Cuando se trata de producciones intensivas, los cerdos les ganan a los pollos, a razón de seis de cada 10 dólares. En conjunto, suman US$ 350 millones, prácticamente un millón de dólares cada 24 horas, fruto de transformar maíz y soja en proteína animal.
Un sector que se puede categorizar como artesanal y con un nivel de informalidad que muchas veces dificulta su correcto análisis es la industria apícola.
En el último año, se estima que las al menos 300.000 colmenas que pueblan los 133.000 kilómetros cuadrados de la bota santafesina, despacharon más del 8% de la miel del país, a razón de US$ 15 millones en los 12 meses.
En los márgenes de la producción animal y muchas veces con fines meramente de subsistencia, las producciones caprinas y ovinas parten la bota a la mitad, relegando al norte las cabezas caprinas y hacia el sur los dueños de las majadas ovinas, pero su baja formalidad y escaso fin comercial reducen estas actividades a negocios marginales dentro de la economía provincial.
En una doble presentación, infográfica e informativa en el Gráfico Nº 1 (Página 32) ofrecemos un repaso por los principales números de cada sector y los desafíos que presentan las industrias animales de la provincia de Santa Fe.

La sanidad como protagonista
Una de las grandes ventajas de la provincia de Santa Fe en materia de sanidad animal tiene que ver con el activo rol que desarrolla el Colegio de Veterinarios local desde hace ya varios años, estimulando el impulso de la figura del Corresponsable Sanitario en toda y cada una posible participación profesional.
Con reconocimiento de la COPROSA provincial y el visto bueno de las entidades que nuclean a los productores, el Colegio ha logrado posicionar la figura del veterinario acreditado como eslabón indispensable de la actividad.
Tal es esto asi que recientemente la entidad ha logrado el aval político para exigirles a sus matriculados un cupo mínimo de participación en las capacitaciones continuas a las que debe acceder para seguir en los padrones que son puestos a consideración de los ganaderos para acceder voluntariamente a un Corresponsable Sanitario para su campo. En ese contexto, especialistas sanitarios de la provincia de Santa Fe de las diferentes especies analizadas fueron consultados por MOTIVAR para repasar cuáles son las principales problemáticas que atentan contra cada producción y sus posibles soluciones.

Tranquera adentro
El médico veterinario Martín Allasia (Práctica Hospitalaria de Grandes Animales, FCV de la UNL) primero pone el acento sobre la grave situación que vive el sector lechero, donde el invierno estará marcado por la falta de reservas a partir de la sequía. Sin embargo, rescata que las alfalfas sufrieron menos el estrés hídrico, apoyadas en los elevados niveles de napas y las raíces más largas que otros cultivos. “Se podrán armar rollos, que sumados a los silos permitirán pasar el invierno”, adelanta Allasia. Si de sanidad se trata, la presencia del parásito trypanosoma ha mostrado un crecimiento significativo en el último año.
“Es una enfermedad que va de la mano de la inmunosupresión de los animales, donde la cantidad de vacas que parían fetos, no parían o incluso morían, llevaron al cierre de muchos establecimientos. La dispersión es igual de importante, porque mientras ocurrió esto, en otros lotes si bien los efectos no fueron nulos, los niveles de fatalidad fueron mucho menores y esto se debe a la condición nutricional y sanitaria de los animales”, resalta el profesional. Y advierte: “El avance de la garrapata hacia el centro de la provincia es otro grave problema que sucede por el movimiento de hacienda y porque los vectores que los trasmiten tienen cada vez mejores condiciones para desarrollarse”.

En las granjas
“El sector porcino provincial está alineado a lo que ocurre a nivel nacional: avanzar con plan de control y erradicación de Aujeszky, a través de veterinarios acreditados”, le señaló a MOTIVAR el MV Mauricio Campa (Profesor Adjunto de la Cátedra de Producción Porcina, UNL).
“La provincia tiene una zona endémica de la enfermedad de Aujeszky para la cual se está implementando un plan más específico, con vacunas; se localiza en la zona oeste en el departamento Caseros, al límite con la provincia de Córdoba”, puntualiza.
“Con respecto al resto de la sanidad, tanto la parte reproductiva como de producción, además de contemplar esa enfermedad y la brucelosis (que es de vacunación voluntaria) se trabaja con planes sanitarios que en prácticamente todas las granjas incluyen una vacuna trivalente”, explica Campa. Y especifica: “El rol de la sanidad para los productores porcinos es central porque los efectos adversos se observan rápidamente y generan grandes pérdidas. Hoy, el costo de la sanidad sobre la estructura de producción no supera el 4%”.
Mientras tanto, en el sector avícola, Miguel Muller (Profesor Cátedras Producción de Aves y Producción Porcina, FCV de Esperanza) señala que el alcance de la sanidad en la estructura de costos de este sector ronda el 1,5 o hasta el 2% del total. “La situación sanitaria es muy buena tanto en reproducción como en aves de carne y ponedoras comerciales. Argentina está en un contexto libre de Influenza y Newcastle y otras problemáticas son atendidas por los veterinarios responsables de cada establecimiento, como puede ser Salmonella y Micoplasma, dos enfermedades bacterianas de trasmisión vertical”, nos explica Muller. Y sigue: “El principal problema sectorial en materia sanitaria es la falta de información para el productor, los programas de vacunación no son obligatorios. Sin embargo, al tener cada vez más presente el tema la bioseguridad de las granjas todos terminan cumpliendo”.

Con un perfil artesanal
Oscar Raúl Sibilin ostenta el registro N°1 entre los productores apícolas de la provincia de Santa Fe. Con más de 50 años en el sector, el especialista que combina colmenas y una planta de extracción, reconoce que la producción apícola es una combinación de alta demanda de trabajo y baja inversión. “Es difícil tener cifras precisas del sector porque es una producción secundaria”, asegura Sibilin y evalúa: “La producción promedio creció de los 17 kilos por cajón a más de 25 kilos, lo que significa una producción de más de 7,5 millones de kilos, unas 7.500 toneladas, que posicionan entre el segundo y tercer puesto a la provincia, por detrás de Buenos Aires y a veces, por encima de Córdoba”.
El especialista rescata el rol del manejo y la sanidad. “El manejo es fundamental y la parte sanitaria es prioritaria porque la colmena que se enferma, sino se atiende, muere”, sentencia Sibilin.
Entre las producciones marginales, y muchas veces carente de un seguimiento oficial, también se cuenta a los sectores caprinos y ovinos. “La bota de la provincia está divida en al medio, mientras que en el Norte están los caprinos, al Sur están los ovinos por una cuestión fundamentalmente de ambientes. En el Norte, las razas caprinas son más criollas por su manejo. En cambio, los ovinos del Sur son más carniceras porque tienen un mejor desempeño con las pasturas de esa región”, explica el MV Sergio Tafarel (Ministerio de Producción de Santa Fe y adscripto Cátedra de Producción Ovina, FCV de Esperanza). “Más allá que el Senasa estima en 250.000 las cabezas totales en la provincia, el número ascendería hasta casi el doble, según nuestras estimaciones”, comenta.
Y adelanta: “En el marco de un programa estratégico provincial, paulatinamente se incorporará a estas producciones en un plan sanitario, empezando por una vacunación obligatoria de carbunclo financiada por el gobierno provincial para poder analizar cuántos productores y cabezas existen efectivamente y poder avanzar en el desarrollo de toda la cadena”.

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